El
éxito industrial del País Vasco tiene que ver con el impulso decidido de la INNOVACIÓN tanto tecnológica (productos y procesos) como, sobre todo, la innovación no tecnológica, aquella que
tiene que ver con la cultura organizativa y comercial. El Modelo Vasco, ha avanzado por el camino de la gestión participativa
(propiedad, gestión, beneficios) como forma de crear climas de confianza entre los principales actores de la
empresa. Y quien tiene un modelo, ya se sabe, tiene un tesoro.
Los
resultados son evidentes, actualmente tiene la mayor renta per
capita de España, la menor tasa de desempleo y una de las productividades más
elevadas. Además, se posiciona en una senda estratégica adecuada, para ser más
competitiva en la sociedad de los conocimientos, donde es fundamental crear climas de confianza entre los actores de la empresa.
Recientemente Vicente Lafuente,
un líder claro, presidente de Femeval, una de las asociaciones
empresariales más importantes por realidad y tradición de la Comunidad Valenciana, ha
destacado que es
el momento de activar una alianza similar a la del País Vasco,
“un modelo industrial de éxito sin parangón que podemos imitar y
hacia el que tenemos que evolucionar, para evitar convertirnos en una
economía de poco valor añadido” y alejarse de las regiones
europeas más avanzadas, como señalaba Jordi Palafox.
Más de una vez he hecho referencia al
Modelo Vasco de Gestión Empresarial
y
ahora tengo que recordar una publicación colectiva, editada por la
Agencia
Vasca de Innovación bajo
el título “Dinámicas
de Gestión basadas en las Personas” una publicación colectiva, con empresas e innovadores en gestión, donde se analizan los
cambios organizativos basados en las capacidades creativas y
relacionales de las personas, como factor de éxito industrial en el
País Vasco.

También
la Federación de Industria de CCOO en
su último informe destaca con cifras
la
importancia que tiene el sector para la economía española y
considera la Industria 4.0 como el reto más importante del sector a
corto y medio plazo. Me gustaría ver a las organizaciones sindicales planteándose su participación en los ecosistemas industriales emergentes, pues creo que tienen un importante papel que jugar.

Cómo decía Vicente Lafuente, en la Comunidad Valenciana ya tenemos trazada la hoja de ruta: Plan Estratégico de la Industria Valenciana, el Plan de Seguridad Industrial, los Planes Sectoriales, la Agenda Industria 4.0 y la Estrategia RIS3CV. Ahora, se trata de actuar poniéndose manos a la obra pero, como el mismo dice, mirando de reojo e incluso imitando el "éxito sin parangón vasco".
Quizá
la transformación
digital podría
ser utilizada como una palanca de apoyo para transitar en esa dirección que
verbalizaron los Consellers Vicent Soler y Rafael Climent cuando
iniciaron, a principios de año, el proceso de reflexión sobre las
transformación
del #ModelEconómic valencià
En definitiva, innovan las
personas no las organizaciones ni los sistemas aunque estos
pueden facilitar o impedir su desarrollo. Se
trata ahora de empezar a desarrollar nuestro propio Modelo para
cambiar la forma de organizar y gestionar la empresa y recuperar en
nuestras organizaciones la capacidad de conocimiento y creatividad de
las personas, aprovechando como palanca la transformación digital.