La
inclusión de la iniciativa empresarial en la educación y en el Currículo
Escolar es una de las ideas que van a ir abriéndose paso en el conjunto de
Europa en los próximos años. Entre los objetivos que se plantea la Comisión
Europea en su Plan
de Acción: emprender 2020 incluye que los jóvenes adquieran educación
empresarial y al menos tengan una
experiencia emprendedora antes de salir de secundaria.

La Formación Profesional Dual, puede ser una herramienta para caminar en esa dirección al mismo tiempo que genera cultura creativa e innovadora en la Pyme. Desde 2006, como comentamos en el post anterior, existe un MARCO DE REFERENCIA EUROPEO que desarrolla 8 competencias clave para afrontar los retos del entorno competitivo actual. Entre ellas cabe destacar, para lo que nos interesa aquí, la que se menciona en séptimo lugar: el sentido de la iniciativa y el espíritu empresarial.
Por sentido de la iniciativa y espíritu de empresa
se entiende la habilidad de la persona para transformar las ideas en acciones.
Está relacionada con la creatividad,
la innovación y la asunción de
riesgos que siempre va unida a la motivación
y, por supuesto, con las capacidades.
Cuatro componentes presentes en cualquier proceso de
emprendedurismo.
Entiendo que, debe ser responsabilidad de las
instituciones de educación, en
colaboración con las empresas,
proporcionar herramientas y mejorar las capacidades de los jóvenes
para emprender. Forman parte de las capacidades
emprendedoras, a adquirir, para saber planificar y gestionar proyectos y sin duda, puede ser una de las aportaciones de la Formación Profesional Dual para que las empresas desarrollen cultura creativa e innovadora.
Entre los CONOCIMIENTOS ligados a la "iniciativa y espíritu de empresa", se debe incluir la capacidad de reconocer las oportunidades y los
desafíos que afronta todo empresario u organización. Para ello es necesario entender el funcionamiento de la economía.
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Ser Capaz |
Por lo que se refiere a las COMPETENCIAS, éstas deben
estar relacionadas con una gestión proactiva (Competencias de Acción según Benito Echevarría) para lo cual es
necesario ser capaz (ver gráfico) en algunas capacidades básicas (planificación,
organización, gestión, liderazgo y delegación, análisis, comunicación, la
celebración de sesiones informativas, la valuación y el registro) y habilidoso
para trabajar tanto individualmente como de manera colaborativa dentro de un
equipo.
Por último, mencionar que la ACTITUD EMPRESARIAL, tan necesaria para emprender, requiere cultivar la iniciativa, la proactividad, la independencia y la
innovación tanto en la vida privada y social como en la profesional. Como ya hemos señalado
va unida al riesgo y está relacionada con la motivación y la determinación a la
hora de cumplir los objetivos.
En definitiva, la Formación
Profesional Dual que durante el próximo curso va a ponerse en marcha en 41 Centros de la Comunidad Valenciana, puede ser también un gran instrumento de colaboración entre las instituciones educativas y las empresas para desarrollar
PERFILES EMPRENDEDORES, si bien como dice el profesor Echeverría el sistema se enfrenta a muchos interrogantes abiertos que tendrá que ir dando respuesta. La pregunta a plantearnos es ¿Educamos a nuestros jóvenes para ser asalariados o para ser emprendedores con los conocimientos, competencias y actitudes comentadas?
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